domingo, 2 de agosto de 2015

El Panteón Romano.

"Existe un tópico conocido: Afirma que la mitología romana es un plagio o continuación de la griega con nombres latinos. Tal afirmación no es exacta y encierra solo una parte de la verdad. La mitología romana posee mucho de original y quién se precie de haber profundizado en el mundo helénico, hará bien en adentrarse en el romano para poseer una visión completa y acabada de eso que los eruditos han llamado "Mitología Clásica" 
                                                Francesc-Lluis Cardona, Mitología Romana 

La cultura romana en general parece haber recibido en sus inicios influencia del pueblo etrusco, otra de las culturas que habitaban el valle del Lacio, no de Grecia. 
  
  Etruria 

 Etruria, también llamada frecuentemente en textos griegos y latinos Tyrrhenia o Tirrenia, fue una antigua región histórica situada en el centro de Italia, en las regiones de Toscana, Lacio y Umbría. El topónimo deriva de los etruscos o tirrenos, los pobladores que se asentaron allí creando una poderosa confederación o anfictionía, la llamada Dodecápolis etrusca. El territorio etrusco en 750 a. C. y su máxima expansión c. 500 a. C. Tal confederación lo fue de las ciudades-estado independientes más importantes de Italia central y septentrional, hasta su caída ante Roma, en el siglo III a. C. Etruria fue dominante en la península itálica desde el año 650 a. C. Su expansión incluyó el valle del río Po, y se extendía hasta las colonias griegas situadas al sur de Italia. Los reyes etruscos conquistaron y dominaron Roma por un siglo, hasta que en el 509 a. C. fue expulsado el último rey etrusco Tarquinio el Soberbio y la República Romana fue establecida. Se considera que los etruscos son los responsables de transformar Roma de un pequeño pueblo a una gran ciudad. También son responsables de crear la primera gran vía de Roma, la Vía Sacra, así como templos y mercados. Los etruscos influyeron en gran medida en la difusión de la cultura griega en Roma, en los dioses del Olimpo y en el alfabeto fonético (tomado de Italia). Influiría notablemente en el marcado carácter supersticioso del pueblo romano. 

  Mitología etrusca 

 La mitología y religión de los etruscos también influenció en gran medida las creencias romanas (y se cree también las griegas) Tenían fama de ser muy religiosos y supersticiosos. Prácticas como la astrología y la adivinación, que en Roma luego fueron muy respetadas, llegó a los latinos por medio de Etruria. Incluso se prefería a los arúspices etruscos, más experimentados que los romanos en cuestiones de interpretación de prodigios y las entrañas de los animales usados en los sacrificios. Hay motivos para creer que los etruscos, al igual que los cretenses, creían en una sola divinidad que se desdoblaba en numerosas personalidades, masculinas o femeninas. Así surgió el dios supremo, portador del rayo, Tin, la diosa del amor, Turan, o la diosa Lasa, de la que surgieron ciertos espíritus femeninos, los lasae (Lluis Cardona; 2011; 83) La influencia helénica aceleró los procesos de unificación y sincretismo en la creación de grandes divinidades. Las divinidades etruscas se identificaron entonces con las divinidades romanas. Asimismo, algunos de los nombres de los dioses latinos derivaron de sus equivalentes etruscos. Algunos ejemplos son: 

 Tin (o Tinia) = Iuppiter 
 Uni = Iuno 
 Menerva (o Menvra)= Minerva 
 Sethlans = Vulcanus 
Turms = Mercurios 
Turan = Venus 
 Maris (o Mamers) = Mars 
Nethuns = Neptunus 
 Fufluns = Bacchus 
 Thesan = Aurora 

Aunque el panteón etrusco también recibió influencia griega por causa del helenismo; es notable también la influencia que tuvieron sobre los romanos y sus creencias. Por la cercanía territorial, es muy posible que de los etruscos descendieran los romanos. Pero éstos, que consideraban a los etruscos unos bárbaros no gustaban oír hablar de eso. En su lugar, preferían que se dijera que los romanos eran descendientes de los troyanos; creencia que se apoya en la leyenda de la llegada de Eneas al Lacio proveniente de Troya, relatada en La Eneida, de Virgilio. De Eneas descenderían Rómulo y Remo y del hijo de éste Iulo, tomaría nombre la familia Iulia, de la que descendió Julio César. 

  El Panteón Romano 

 Después de esta breve introducción ahora sí nos dedicaremos a cada uno de los dioses que conforman el panteón de la religión romana. Cabe recordar que el panorama religioso de Roma llegó a ser muy extenso en épocas del Imperio, debido a la expansión y a que preferían dejar que los pueblos conquistados siguieran su fe y creencias, incorporándolas al panteón en lugar de imponer la religión propia. Ese es uno de los motivos por los que se extendió tanto y por tanto tiempo. Aquí se hablará solamente del panteón principal, el más conocido y fácil de identificar. 

  SATURNO

Una de las más antiguas divinidades itálicas. Su nombre figuraba ya en los cantos salios, y las Saturnalias, las fiestas en su honor, se remontaban a épocas remotísimas. Enseñó a los hombres el arte de la agricultura y las artes de la tierra. Posteriormente se contaminó de influencia griega y adquirió las características del titán Cronos, pasando a dominar el tiempo y a ser el padre de Júpiter. Incluso se cuenta como llegó al Lacio después de ser desterrado de Grecia. Bajo su mandato se vivió la Edad de Oro, a la que se creyó haber vuelto en tiempos de Augusto.
 

  JUPITER 

 Es el líder de los dioses del panteón romano. Como para los romanos no era importante la genealogía de un dios, sino sus funciones y su nombre, no se suele dar importancia a ésta. Conformó las dos tríadas más importantes del panteón: la Capitolina, junto con Quirino y Marte, y la Primitiva, junto con Juno y Minerva. Homólogo del dios etrusco Tinia. Dios de los Cielos, es la divinidad por excelencia del panteón romano, rector de la luz del día, del tiempo atmosférico, el rayo, el trueno y la lluvia. Ciertos árboles, como los robles, le estaban especialmente consagrados. Paralelamente al poder y la importancia de Roma, la importancia de Júpiter fue creciendo hasta volverse Iupiter Optimus Maximus (Júpiter, el Mejor y Mayor de Todos) Así adquirió el carácter de líder del consenso de dioses (Dii Consensi) Los emperadores disfrutaban de ponerse bajo su protección y nunca faltaba el que dijera ser su encarnación. Como no poseía genealogía alguna, se le dio la del Zeus griego. Por tanto, se volvió hijo de Saturno y Ops, hermano de Juno, Ceres, Vesta, Neptuno y Plutón. 

  JUNO 

 Deidad itálica por excelencia. Reina del cielo, de la luz, de la mujer y de la unión legítima. Homologada a la etrusca Uni, era una diosa celeste y lunar entre los pueblos itálicos. Bajo el nombre de Iuno Lucina, presidía los partos. También era la diosa de los buenos consejos (Iuno Moneta) y una diosa compasiva (Iuno Sospita) Generalmente no era una diosa de carácter funesto, a diferencia de su homóloga griega. El único episodio conocido de un arrebato de odio, fue contra Eneas, por el enconado odio que le tenía a los troyanos. Ella es sabedora de que no puede impedirle a Eneas que funde la ciudad que, según los designios, está destinada a ser más grande que Troya, pero se conforma con dificultarle al héroe su viaje hacia el Lacio. Por ella se llama a uno de los meses del año, el mes de junio (en inglés, June) 

  MINERVA 

 Diosa de origen propiamentre itálico o indoeuropeo. Identificada con la etrusca Menvra, también recibió mucha influencia de la Athena griega. Es la diosa del intelecto, las técnicas de la guerra y la patrona de los artesanos. A diferencia de su homóloga griega su carácter tiró más hacia lo artesano. Los estudiantes le llevaban ofrendas en metálico para que los ayudara en sus estudios Formaba parte de la tríada capitolina junto con Júpiter y Juno. Como Minerva Medica, era diosa de la medicina.

  VULCANUS 

 Dios del fuego y la metalurgia. En un principio fue una divinidad itálica muy venerada por los etruscos. La tradición dice que fue Rómulo el que construyó el primer templo del dios. Esposo de Venus, tras las guerras púnicas, su figura se fue identificando cada vez más con la del griego Hefestos. En la Eneida, a petición de Venus, le fabrica un escudo a su hijastro Eneas, para ayudarlo a vencer a Turno, el líder de los rútulos, en reemplazo del que él perdió cuando murió Palante. A diferencia de Hefestos, que es solo hijo de Hera y es despreciado por ésta, Vulcano es hijo de Júpiter y Juno y no es despreciado por sus padres. Es la representación de las erupciones volcánicas y la palabra se desprende de su nombre.

    

MARTE 

 Divinidad propiamente itálica, que fuera de Roma era llamado Mamers, y entre los etruscos Maris o Mares. Primitivamente, debido al origen campestre de la ciudad, era un dios agrario al que se le añadió la calidad del dios de la guerra al identificarlo con el griego Ares. A diferencia de éste, si tenia una gran importancia en el panteón. Tampoco buscaba causar desordenes a través de la guerra, como su homólogo helénico, sino que más bien tutelaba la guerra "necesaria para la paz" o sea, la que se provoca por los procesos de conquista y colonización. Se le consagraba el comienzo de la primavera pues tras el invierno solían surgir roces y hostilidades. El mes de marzo (en inglés "March") el primero del año, se llamó así en honor suyo. Como dios agrario recibía el nombre de Mars Silvanus, se le sacrificaba la suovetarurlia (un cerdo, una oveja y un toro) Era el sagrado patrón de Roma, en calidad de padre de los gemelos Rómulo y Remo, a quienes tuvo de la vestal Rea Silva. El lobo le era consagrado. Como dios de las guerras, recibía el nombre de Mars Gradivus, venerado en el Campo de Marte donde poseía un altar. 



  DIANA 

 Divinidad itálica que los los romanos identificaron muy pronto con la griega Ártemis por contacto con las colonias helenas de Italia del Sur. Probablemente una Diana de origen sabino. A diferencia de Ártemis, no era una diosa de carácter lunar, siendo patrona solamente de la caza. Compartía con Juno el epíteto de Lucina, por lo que presidía los partos. Se supone que tenía un cierva consagrada a ella, poseedora de una milagrosa longevidad y relacionada a la conservación de la ciudad 

  VESTA 

Identificada con la diosa griega Hestia, cobró más importancia que su homóloga griega como diosa del fuego del hogar. Poseía un famoso templo circular en el Foro Romano donde estaba la Llama Eterna, símbolo del poder de Roma. Sus sacerdotisas, llamadas vestales, tenían la importante tarea de no dejar que esa llama se apagara nunca. Asimismo, debían conservar celosamente su castidad durante treinta años, finalizados los cuales, eran libres de casarse. Si faltaban a alguno de sus deberes eran duramente castigadas, como en el caso de Rea Silva que tras ser violada por Marte y haber dado a luz a los gemelos, fue enterrada viva. A Vesta le estaban dedicados todos los fuegos que se encendían en las casas y era velada como patrona de las labores domésticas, por lo tanto, era el deber de la esposa, darle el debido culto. 




  VENUS 

 Diosa itálica muy antigua, protectora de los huertos. Por expreso deseo de los libros Sibilinos fue asociada con el dios Marte con el que llevó a cabo la fecundación universal (s. III a.d.C) A partir de entonces se la identificó con la Afrodita griega. A finales del siglo II a.d.C se le consagró en Roma un templo con el epíteto de Verticordia que significa "la que vuelve o purifica los corazones" lo que volvió el amor erótico un sentimiento casto. Es la patrona del amor, la belleza femenina y la fecundidad. Bajo el nombre de Venus Genetrix se le considera la madre de todo el pueblo romano, pues ella era la madre de Eneas, el troyano destinado a fundar el gran imperio que llegaría a ser Roma, y de cuyo hijo Iulo, se presume que descendía la ilustre familia Julia, de la cual descendía Julio César. Por ello también se la relacionó con Marte, padre de Roma por medio de Rómulo y Remo. Identificada con la etrusca Turan. 



  MERCURIO 

El dios romano del comercio. Su nombre probablemente provenga de la palabra latina "merx" que significa mercancía. Posteriormente se asimiló a Hermes y adquirió entonces, el carácter de mensajero divino. Se le considera padre de los Lares, dioses menores que protegían las encrucijadas. 



  JANO 

Es uno de los dioses más importantes entre los romanos sin equivalente en Grecia. En Etruria, su equivalente pudo haber sido Ani. Está estrechamente relacionado con el Tíber, en una ciudad en la cual reinaba, compartiendo el trono con un tal Cameses. Al morir éste Jano reinó solo en el Lacio y fue entonces cuando acogió a Saturno, expulsado de Grecia por Júpiter. Era considerado el dios de los comienzos y los finales, de las entradas y las salidas. "Puerta" en latín se dice "Ianua" y por guardar los inicios y los comienzos de su nombre derivó el nombre del primer mes del año (en inglés, January)



  CERES 

La diosa de la agricultura y las cosechas fue pronto asimilada a la helena Démeter. El nombre se relaciona con una palabra que contiene el significado de "brotar" Su culto es originario de la rica región agrícola de la Campania, donde los cultos rurales adquirieron gran importancia. Posiblemente, de su nombre provenga la voz española "cereal" Tras la sequía del comienzo del siglo V a.d.C los libros Sibilinos ordenaron erigir un templo a Deméter en el Aventino. Este nuevo culto acabó por borrar la huella de la primitiva Ceres. 



  NEPTUNO 

 Su nombre tiene una etimología oscura, probablemente provenga del nombre de su homólogo etrusco, Nethuns. En comienzos, por Roma no tener costas, era solamente el dios del elemento húmedo en general y de las aguas dulces. Tras la expansión del imperio a lugares con costas, se le identificó con el heleno Poseidón y pasó a ser el dios del mar, aunque con un carácter mucho más benéfico que el de su homólogo griego. 



  APOLO 

 Podría decirse que es el único dios puramente heleno del panteón romano, desconocido por los antiguos latinos. Es el único caso en el que un dios griego pasó a formar parte del panteón latino sin cambio alguno en su nombre, adoración, o esferas de influencias, lo que lo hace la única deidad verdaderamente grecorromana. Entró en contacto con ellos por medio del primer contacto entre griegos y romanos por medio de la colonia de Cumas en la bahía de Nápoles, famosa por ser la sede de una sibila (profetisa) de Apolo. Octaviano, (más tarde, César Augusto), el fundador del Imperio, atribuyó su victoria sobre las tropas de Marco Antonio, a la intervención de Apolo. La mayoría de los autores latinos solían nombrarlo por su epíteto más famoso "Febo" que significa "el brillante" A menudo, esto es tomado como que Febo es el equivalente latino de Apolo, lo cual no es así. En la Eneida es llamado Apolo, mientras los demás dioses reciben sus nombres romanos. Apolo era el dios de la música, la medicina, la adivinación, los deportes y la belleza masculina. A veces se lo homologa al etrusco Aplu.

Como se puede observar, si bien los dioses romanos se llegaron a identificar con los dioses griegos en cierta medida, eso no quiere decir que sean una copia o un plagio de éstos últimos. Además, la mitología romana también cuenta con una gran variedad de divinidades que no tienen equivalente en Grecia, como lo son Jano, Dis Páter, Orco, Quirino, Pomona, Anna Perenna, Silvano, los Manes, Lares y Penates, Momo o Cupido, entre otros. No es por tanto, un plagio, ni una copia de la mitología de Grecia, sino que tiene su propia influencia y origen, ubicado en su mayoría en la península itálica. 




Glosario

Arúspice: Adivino etrusco que se encargaba de interpretar el futuro en las entrañas de los animales sacrificados, principalmente el hígado, por medio del aspecto las señales que presentaba el órgano. 


Fuentes: 

Llusc-Cardona, Francesc. Mitología Romana. Ediciones Brontes S.L. 2011. Barcelona, España. 

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