lunes, 13 de julio de 2015

Medea

Medea...mujer misteriosa que remite al misterio, a la barbarie, la hechicería y la locura, también frecuentemente tomada como el arquetipo de la mala madre, o la madre desnaturalizada, la mujer autónoma e inusual. ¿Pero qué tan responsable pudo ser de, al menos parte, de los crímenes que se le achacan?  
¿Mujer despiadada o gran incomprendida? 



Princesa de la Cólquide 


Medea era hija del rey Eetes y de la océanide Idía. Era nieta por parte paterna de Helios, el Sol y sobrina por tanto, de otras hechiceras destacadas como Circe y Pasífae. Sus hermanos eran Calcíope y Apsirto. 
Durante la primera parte de su vida no conoció nada más allá de la Cólquide. Era sacerdotisa de Hécate, la diosa de la brujería. Su vida, presumiblemente, transcurriría sin sobresaltos hasta la llegada de Jasón a las tierras de Eetes. 

Jasón y los Argonautas 


Cuando Jasón y sus hombres arriban a la Cólquide guiados por Apsirto, el rey Eetes los recibe de malas maneras y se niega darle el vellocino de oro por las buenas, poniéndole una prueba para poder conseguirlo. Debía uncir a un carro unos toros descomunales que el rey tenía, regalo de Hefestos, los cuales además, echaban fuego por la boca. 
Preocupado, se sentó a rumiar cómo llevaría a cabo tal hazaña. Algunos de sus compañeros le sugirieron buscar la ayuda de Medea, la hija hechicera de Eetes, pero otros protestaron airados, en contra de la idea de depender de una mujer para ello. 
Mientras tanto, Hera y Athena habían solicitado a Afrodita que le pidiera a su hijo Eros que disparara sus flechas sobre la joven Medea, para que ésta, enamorada, ayudara a Jasón en su empresa. La hija de Urano cumple y la flecha de Eros hiere el corazón de Medea en el momento que ve a Jasón por primera vez, enamorándose perdidamente de él. 
Es entonces cuando se presenta en Medea un gran conflicto. Debe elegir qué hacer. Ayudar a Jasón significaría traicionar a su padre, y de hacerlo se convertiría en una traidora para su tierra, en una extranjera, en una bárbara. Pero tampoco se siente capaz de ver a Jawsón fracasar en la prueba
El hijo de Esón la convence al relatarle la historia de otra princesa bárbara, Ariadna, que también ayudó por amor a Teseo en su empresa, pero astutamente omite la parte en la que éste la abandona en Naxos, siendo ésto un preludio de su propia traición.  
Ella entonces, le dice que lo ayudará, pero solo si le promete llevarla con él a Grecia y  hacerla su esposa. Él accede y Medea le da una poción con la que se haría, él y sus armas, invulnerables al fuego vomitado por los toros. Tras uncirlos y sembrar los dientes del dragón en la tierra, observó como surgían fuertes soldados-esqueletos de la tierra. 
Arrojó una piedra entre ellos y al ignorar quién la había lanzado, lucharon entre sí hasta casi matarse mutuamente. Así salió victorioso de ésta prueba. 
Pero la mala fe de Eetes no disminuyó con ello y lo mandó a matar al dragón que custodiaba el vellocino, el cuál nunca dormía. De nuevo, las pócimas de Medea lograron su objetivo y Jasón salió victorioso de la empresa. 


Luego de esto, se hicieron por fin con el anhelado premio y zarparon de la Cólquide junto con los demás argonautas y Apsirto, el hermano de Medea. Eetes, furioso por lo que consideraba una traición, se embarcó en una nave y fue detrás del Argos. Cuando estaba por alcanzarlos, Medea coge a Apsirto y lo mata, para luego despedazarlo y tirar los restos al mar. Eetes se distrae recogiendo los trozos de su hijo y les pierde la pista. Regresa a la Cólquide y ordena a diversos grupos de colcos partir en diversas direcciones en pos de Medea, bajo amenaza de darles el castigo reservado a ella, de regresar con las manos vacías. 
Un grupo les dio alcance en las tierras de los feacios, pero Alcinoo, les dijo que solo la devolvería a su padre si conservaba la doncellez, pues caso contrario ya le pertenecería a su marido. Su esposa Arete le advierte de esto a la pareja, que entonces consuma su matrimonio encima del vellocino. Los colcos se quedan con los feacios por miedo al castigo de su rey 
Gracias a ella sortearon los peligros del viaje de regreso a Yolcos. Pasaron por Eea, para que Circe los purificara por el asesinato de Apsirto, pero la maga se horrorizó y los echó sin contemplaciones. 
Llegaron a Yolcos donde, de nuevo con ayuda de Medea, Jasón recuperaría su trono, aunque brevemente, pues Acasto, el hijo de Pelias, los expulsaría de allí, horrorizado por como asesinaron a Pelias (Medea convenció a sus hijas de que si lo descuartizaban y lo hervían, rejuvenecería, sin embargo no sucedió así) 

Corinto: La traición de Jasón 


Después de ser expulsados de Yolcos se establecieron en Corinto donde tuvieron a sus hijos, Feres y Mermeros, y donde vivieron felices durante diez años. Pero un día, Jasón se enamoró de Creúsa (también llamada Glauce), la hija del rey Creonte y le pidió su mano en matrimonio, repudiando luego a Medea. Ésta, enfurecida y humillada, pactó una venganza. 
Fingió hacer las paces con Creúsa, pero entonces le mando una túnica y una corona envenenadas con un veneno tan potente que hizo que la desdichada ardiera en llamas. Cuando su padre intentó ayudarla, se consumió también entre las llamas. 
Después de eso, queriendo dejar a Jasón sin nada, y tampoco queriendo absolutamente nada entre ambos, tomó a sus hijos y los mató. También puede haber sido esto un intento de protegerlos de la muerte o una vida infeliz a manos de otros, pues con ella desterrada de Corinto y su padre casado con otra mujer, adquirirían la calidad de hijos bastardos Uno de sus parlamentos en la obra homónima de Eurípides lo confirma: "Yo que los di a luz, es preciso que sea yo también la que los mate" 
Cuando Jasón la increpa, ella solo contesta: 

"MED- ¡Oh niños, cómo habéis perecido por la locura de vuestro padre!
JAS-"Pero no los mató mi mano derecha. 
MED-No, sino tu ultraje y tu reciente boda"

Huyó de Corinto en un carro tirado por dragones, que le dio Helios. Llegó a Atenas donde se casó con Egeo y con él tuvo un hijo, llamado Medo. Luego tuvo que huir de allí por conspirar contra el verdadero heredero de Egeo, Teseo. 
Ayudó a su hijo a conquistar una serie de tierras bárbaras que luego se llamaron Media, en honor a éste y tras regresar a la Cólquide después de años de ausencia y viendo que su padre había sido asesinado, ayudó a Medo a tomar el trono. 


¿Víctima o victimaria? 


Analizando ya, todo el mito en su contexto, ¿es ella la víctima? ¿O lo es Jasón? 
Su sola condición de mujer la mal dispone, así como su condición de bruja y de extranjera, contrarias a las características de Jasón, héroe, hombre y griego. 
La obra homónima de Eurípides, quizás una de las más grandes de este autor (considerada así en tiempos modernos) está salpicada de sentencias patéticas en torno a la condición de la mujer. Eurípides alza la figura femenina de forma extraordinaria. Medea es formidable, sabia, fuerte, hábil, luchadora y por ello es amada por unos, pero respetada y temida por todos.
Eurípides exalta los valores femeninos y defiende la condición femenina. 
"MED-:De todo lo que tiene la vida y pensamiento, nosotras las mujeres, somos el ser más desgraciado. Empezamos por tener que comprar un esposo con dispendio de riquezas y tomar un amo de nuestro cuerpo, y éste es el peor de los males. Y la prueba decisiva reside en tomar a uno malo o a uno bueno. A las mujeres no les da buena fama la separación del marido y tampoco les es posible repudiarlo." 
"MED-:Dicen que vivimos en la casa una vida exenta de peligros, mientras ellos luchan con la lanza. Necios. Preferiría tres veces estar a pie firme con el escudo que enfrentarme al parto una sola vez."

"MED-:Una mujer suele estar llena de temor y es cobarde, para contemplar la lucha y el hierro, pero cuando ve lesionados los derechos de su lecho, no hay otra mente más asesina."


"MED_: Pero lo que se dice de la condición de la mujer cambiará hasta conseguir buena fama, y el prestigio está a punto de alcanzar al límite femenino; una fama injuriosa no pesará ya sobre las mujeres"

La oscuridad aparece en Medea a partir de la traición de la que la hace objeto Jasón. Si bien, ya había cometido actos reprochables buscando ayudarlo es cuando él la traiciona que pierde completamente el rumbo y pierde todo escrúpulo llegando incluso a conspirar contra cualquiera que amenace sus objetivos, como sucedió con Teseo o a matar a sus propios hijos. 
Pero también Jasón sabía que la mujer que tenía al lado no era una mujer común. Sabía que era bárbara, sacerdotisa de Hécate y hechicera y por tanto tenía medios poco comunes para tomar represalias. Fue testigo como la misma mujer traicionaba a su padre, mataba a su hermano, y renunciaba a su linaje real y a su padre por él, y lo ayudaba (de manera igualmente reprochable) a matar al hombre que usurpaba su trono, le prometió tomarla en matrimonio, le dio dos hijos, la repudió,sin motivos de peso, al enamorarse de otra y luego le reprochó cuando ella reaccionó de la única forma que sabía: con el asesinato. 
Nunca pudo superar lo que le hizo Medea y se suicidó, dicen algunas fuentes, mientras que ella, por su ascendencia divina se hizo inmortal... 


Notas 


En Las Argonaúticas, Jasón le cuenta a Medea lo que hizo Ariadna al ayudar a Teseo, pero luego otro mitógrafo narra que la expedición de los Argonautas fue antes de éste episodio porque luego de ser expulsada de Corinto, Medea va a Atenas y conspira para deshacerse de Teseo, el cual aún no ha reclamado su lugar como príncipe y representa un peligro frente a la sucesión de Medo, el hijo que tuvo con Egeo. Así pues, hay una contradicción entre la obra de Apolonio de Rodas y la de Apolodoro, común de los mitógrafos griegos. 

-Para los griegos, ser bárbaro no solo significaba ser incivilizado, significaba no conocer la cultura y el idioma de Grecia ni mucho menos sus costumbres o maneras. En la obra de Apolonio, muy acorde a su tiempo, en el que las fronteras de Grecia se habían expandido por las conquistas de Alejandro Magno, lo bárbaro era representado por la Cólquide, en la poca atención de Eetes, desatento y poco cumplidor con sus huéspedes, algo impensable para los griegos, y en el carácter de Medea, (sobre todo en el retratado en Las Argonaúticas y en "Medea", diferente al carácter sumiso y pasivo de las mujeres de Grecia 

Fuentes: 


Apolodoro; Biblioteca Mitológica, La. 
Apolonio de Rodas; Las Argonaúticas 
Eurípides; "Medea" 

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